domingo, 5 de enero de 2014

EL MUNDO A OJOS DE SOROLLA

Joaquín Sorolla es uno de los pintores más emblemáticos de nuestra tierra, y posiblemente uno de los mejores artistas en lograr un efecto lumínico implacable.

Sorolla nació en Valencia un 27 de Febrero de 1863. Cuando tan solo contaba con dos años de edad, él y su hermana más pequeña quedaron huérfanos y su tutela pasó a sus tíos maternos. Su carrera profesional, por decirlo de algún modo comenzó cuando cumplió los quince años, que fue cuando logró entrar en las clases nocturnas de dibujo que impartía el escultor Cayetano Capuz en la Escuela de Artesanos. Al ver lo bien que se iba desenvolviendo, Cayetano Capuz insistió a sus tios para que apuntaran a Sorolla en la Escuela de Bellas Artes, donde ingresaría en el año 1878.
Joaquin Sorolla resultó ser un pintor muy polifacético, cuyos cuadros trataban varias temáticas, siendo capaz de representar desde la más absoluta pobreza a personas de alto rango pasando por temáticas de estilo modernista o de índole histórica. Como ya he mencionado anteriormente, lo que posiblemente más caracterice la obra de este pintor sea la forma en la que capta la luminosidad a través del color blanco.
Para poder explicar su obra de una manera general, separaremos los cuadros más importantes en tres secciones: cuadros históricos, cuadros modernistas y cuadros sociales. Además también veremos la predilección que tiene Sorolla de pintar figuras humanas en un ambiente paisajístico, generalmente la playa y también cabría destacar dos desnudos de mujer.
En cuanto a la pintura histórica, sorolla pintó tres cuadros:

  • 2 de Mayo de 1808.
  • El grito de Pelleter.
  • El padre Jofré protegiendo a un loco.
2 DE MAYO DE 1808
Sorolla pintó este cuadro para participar en la Exposición Nacional que tuvo lugar en el año 1884. Este fabuloso cuadro, tiene un gran defecto  y un gran  acierto, el gran defecto es que en este cuadro los personajes adoptan una actitud teatral bastante exagerada, pero en contraposición, Sorolla acierta al máximo a la hora de distribuir a las masas humanas. Para la realización de este cuadro, sorolla tomó como referente un cuadro de Francisco Domingo, de título El último día de Sagunto.
El movimiento modernista se ve relejado en los siguientes cuadros de Sorolla:
  • Mesalina en manos del Gladiador.
  • Contadina de Asís.
  • Cosiendo la Vela.
  • Mis chicos.
  • Amalia Romea, señora de Laiglesia.
COSIENDO LA VELA
Sorolla pintó este cuadro en el año 1896, donde el modernismo se manifiesta en el orden geométrico de las flores y en la perspectiva que utiliza. Vemos como la temática es completamente costumbrista, es una acción cotidiana totalmente, en la cual aparecen un grupo de pescadores con sus mujeres reparando una vela. Como es habitual en Sorolla, el principal protagonista de este cuadro es el color blanco y la luminosidad que este aporta.



Sorolla también representó a la más baja sociedad del momento en cuatro cuadros verdaderamente representativos:
  • ¡Otra Margarita!.
  • Aun dicen que el pescado es caro.
  • Trata de Blancas. 
  • Triste herencia.
¡OTRA MARGARITA!
En este cuadro, Sorolla nos muestra a una muchacha de temprana edad que ha sido detenida por la Guardia Civil, y que es transportada en un vagón de tercera clase. 

TRATA DE BLANCAS
En este cuadro, de nuevo aparece la escena ambientada en un vagón de tercera clase. Esta vez, Sorolla nos muestra a un grupo de jóvenes que se dedicaban a la prostitución, descansando unas en otras y acompañadas por su patrona.

Pero realmente, el terreno donde Sorolla se desenvuelve mejor es en las pinturas paisajísticas acompañadas por figuras humanas. Como ya he dicho anteriormente, estas escenas suelen estar situadas en la playa. En esos cuadros, Sorolla consigue un efecto espectacular de la luminosidad, captando casi perfectamente la luz del levante peninsular. De estas pinturas destacan:
  • Verano.
  • El baño del caballo.
  • Paseo a la orilla del mar.
  • Niños jugando en la playa.
PASEO A LA ORILLA DEL MAR
En este cuadro, Sorolla representa a dos mujeres, su mujer Clotilde y su hija mayor María. ambas aparecen vestidas de impoluto y característico blanco, ataviadas con gasas, signo de alta alcurnia en la época. Se puede apreciar como la brisa marina arrastra las gasas del sombrero de Clotilde y mueve el vestido de María. Es en este cuadro donde definitivamente surge la importancia de la luz y el color, mezclándose perfectamente el azul del agua, el ocre de la tierra y el blanco de los vestidos, fusionándose y creando a la vez la iluminación típica de la costa valenciana. Es muy posible que este sea el cuadro más emblemático de Sorolla, siendo el primero que se nos viene a la cabeza cuando se habla de este pintor.
Además, Sorolla pintó dos desnudos, uno de ellos es el de Mesalina en manos del gladiador y el otro es un desnudo de mujer, además de hacer varios retratos, la mayor parte de ellos de su propia familia.
Joaquín Sorolla, ha quedado a los ojos de la historia  como un gran pintor español que supo captar como nadie la luz y la importancia del color blanco.

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