domingo, 3 de noviembre de 2013

Día encaprichado

Hoy tengo un día encaprichado y que mejor forma de saciarme que deleitándome con un libro sobre Los Caprichos de Goya. Así que, esta tarde de sol pero ya con el frío propio de otoño, me he cogido un libro de la estantería de casa dedicado exclusivamente a estos grabados.

Este libro tiene un detalle muy curioso, da a conocer los comentarios que suscitaron en la época de Goya estos Caprichos, a través de los manuscritos que se conservan en el Museo del Prado y en la Biblioteca Nacional de Madrid. Dicen que algunos de los comentarios pertenecen al propio artista, no está demostrado, pero nos muestran que el objetivo que tenía Goya con estos dibujos se cumplió: que sus ideas se difundiesen por la población.

Me parece que estos dibujos enlazan bien con la temática de nuestro blog, ya que nos está caricaturizando a la sociedad del momento, hace críticas de manera generalizada e incluso de manera directa a determinados sectores de alto rango. Él ayuda a su comprensión con un título “inocente” y luego ya cada uno que haga la interpretación que considere.

Capricho 19. Todos caerán



En la estampa 19, ingenuamente verás a unas señoras despellejando a unos “bichitos” un poco raros con cabeza de hombre que van cayendo del cielo. Pero en realidad, nos está mostrando la sucesión de amantes de la reina María Luisa, cotilleo que circulaba por toda la sociedad; la más sonada la que mantenía con el Príncipe de la Paz, Godoy. El manuscrito que quedó en el Museo del Prado dice así: “¡Y que no escarmienten los que van a caer con el ejemplo de lo que han caído! Pero no hay remedio todos caerán”!



Capricho 20. Ya van desplumados
 Pero lo mejor está por venir, ya que en el capricho 20, aparecen de nuevo estos pobres bichitos, ya despellejados, siendo golpeados a escobazos. El comentario del manuscrito no se queda atrás, “Si se desplumaron ya, vayan fuera: que van a venir otros.”


A mi estos caprichos me han traído a la cabeza las revistas del corazón de hoy en día. En el siglo XIX, a falta de ellas, Goya permitía que el pueblo se enterase de los cotilleos que recorrían la alta sociedad, porque seguro que en esa época también interesaban las vidas de las celebrities.

Podría hacer referencia a muchísimos más, pero entonces haría una entrada larguísima y al final la gracia se acabaría perdiendo. Así que voy a dejar unos caprichos con el comentario que suscitaron y a ver qué ideas os traen a la cabeza:

Capricho 27. Quien más rendido.
Manuscrito Museo del Prado: Ni uno ni otro. El es un charlatán de amor que a todas dice lo mismo y ella está pensando en evacuar cinco citas que tiene dadas entre las 8 y 9, y son las 7 y media.

Manuscrito Biblioteca Nacional: Un casquivano cuando solicita a una mujer, hace con ella las mismas muecas y zalamerías que perrillo faldero. (Duquesa de Alba y Goya).












Capricho 14. ¡Qué sacrificio!
Manuscrito Museo del Prado: Como ha de ser el novio no es de los más apetecible, pero es rico y a costa de la libertad de una niña infeliz se compra el socorro de una familia hambrienta. Así va el mundo.

Manuscrito Biblioteca Nacional: El vil interés obliga a los padres a sacrificar una hija joven y hermosa casándola con un viejo jorobado, y no falta un cura que aparente semejantes bodas.











Capricho 52. ¡Lo que puede un sastre!

Manuscrito Museo del Prado: Cuantas veces un bicho ridículo se transforma de repente en un fantasma que no es nada y aparenta mucho. Tanto puede la habilidad de un sastre y la bobería de quien juzga las cosas por lo que parecen.

Manuscrito Biblioteca Nacional: La superstición general hace que todo un pueblo se prosterne y adore con temor a un tronco cualquiera, vestido de santo.













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