sábado, 7 de diciembre de 2013

La música en el siglo XIX.


El arte, como reflejo más puro de las pasiones del ser humano, se puede transformar en muchas cosas. En una pintura, un edificio, una escultura, un poema, un libro o una melodía. El siglo XIX, el siglo de las grandes revoluciones, marcado en gran parte por el movimiento Romántico, deja aflorar todas estas pasiones y sentimientos de una manera significativa. Durante esta etapa, la música se puede dividir en tres géneros: la Gran Música dirigida a público burgués y culto, el Canto Coral como instrumento moralizador de las clases medias, y la Zarzuela, expresión absoluta de las clases populares urbanas.


La Gran Música y los valores burgueses
 
La música participa del contexto histórico en el que se enmarca, siendo en este caso el movimiento Romántico, exaltador de las pasiones más fervientes del ser humano, reivindicando su propio ser. Además, es en este momento cuando se consolidan las tendencias socialistas utópicas, revolucionarias, y  anticlericales que están al servicio del propio arte, siendo al mismo tiempo, revolución y tradición. La idea principal de la Gran Música, es la libertad, que rechaza constantemente los valores del Antiguo Régimen y representa a la clase burguesa. Así, la música tendría que expresar las intensas emociones por medio del instrumental, de larga duración que exaltaban el individualismo del solista “Héroe-Solista” que pretendía romper con el sistema de valores tradicional, frente a la orquesta, símbolo de la masa.
En las ciudades europeas más importantes se crean Conservatorios e institucionaliza la musicología. Se producen además, grandes adelantos tecnológicos a la hora de realizar los instrumentos, que permitió una mejor sonoridad de los mismos. Las "obras de carácter", que representan sentimientos como el amor, la furia, la y el gusto por el exotismo. Como ejemplos, destacan los Réquiems, Oratorios y las grandes obras orquestales como las Danzas Macabras. Autores como Wagner, cuyo mensaje es la superación y el progreso del individuo cuyos ideales se basan en la libertad y en la justicia. Las representaciones de las grandes obras de arte arquitectónico, nos las presentan con autores como Franz Liszt, con Années de Pélerinage, o Schumann con  Dichterliebe, sobre textos de Heinrich Heine.

El Canto Coral, moralizador social.

En el desarrollo de una ciudad que está muy industrializada, surgen conflictos sociales continuamente. Aquí, el Canto Coral jugo un papel importante difundiendo las ideas utópicas de la sociedad, como podía ser en Cataluña, la Renaixença, crenado una nueva conciencia nacional catalana. El Canto Coral se ajusta a un concepto denominado "seny": el justo medio, que cumplió su labor, atraer al colectivo trabajador hacia sus ideas. Aquí, hay un personaje fundamental, Josep Anselm Clavé, líder de este movimiento que contaba con el apoyo del colectivo intelectual catalán, también participio en la creación sociedades corales en Cataluña, dando lugar a una verdadera eclosión de estas sociedades en toda España, cuyo objetivo residía en atraer al sector trabajador, y moralizarles con el respeto a las leyes y al progreso del arte. Clavé editó, asimismo, El Libro del Obrero y publicaciones periódicas como El Metrónomo, publicado desde 1863 hasta mediados de 1864.




La Zarzuela.
La Zarzuela siempre ha ido  dirigida básicamente a las clases populares madrileñas. Siempre ha sido la perfecta combinación de diversión y critica de ideologías políticas, siendo reflejo del pensamiento de las clases más sencillas. La mayoría de las zarzuelas, expresan las costumbres de la época, ambientadas en el contexto urbano, casi siempre en el Madrid de la época. El apogeo de la zarzuela se produce en las postrimerías del siglo XIX, coincidente con una conciencia obrera que derivo en el escepticismo y la inseguridad. Marcado este momento, por la república, las guerras carlistas y el turnismo de partidos, con el caciquismo, hizo que la zarzuela fuera reflejo de esta situación política cambiante, representando el “costumbrismo”.
En Madrid, había once teatros destinados a cultivar este género, y autores como Tomas Breton y Francisco Asenjo Barbieri, miembros de la Real Academia de Bellas Artes y profesores del Conservatorio de Madrid. En estas obras, se denuncia la situación política de una manera divertida y se pueden entreleer itinerarios de la calles de Madrid, o ver, incluso las maneras de vestir de los ciudadanos, como En el Barberillo de Lavapiés, de Barbieri y La verbena de la Paloma, de Bretón.

 

Federico Chueca y Joaquín Valverde enfocan la Zarzuela de una manera algo distinta, incidiendo en la reforma urbana, de Madrid, que no fue aprobado hasta 1888, en obras como La Gran Vía. Aquí se denuncia el lamentable estado del centro de la ciudad, la actitud de los políticos y lo deficientes que eran los “policías” de la época.
El éxito de la zarzuela reside en la conexión que hay entre la obra artística y el espectador, al representar temas sociales que preocupaban a la sociedad del tiempo. El atractivo residía en representar esto de manera jocosa.

Con esto, hemos echo un repaso general por la musica del siglo XIX, y de que manera representaba la sociedad del siglo.

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