Montmartre, barrio bohemio donde los haya, está ubicado en
una colina de la ciudad de París que permite que sea visto desde cualquier
punto de la ciudad, coronado con su maravilloso Sacre Coeur. Este lugar, presente en películas míticas y
prácticamente de culto como Amélie o Moulin Rouge, nos traslada al mundo del
cabaret, a las tertulias de escritores y pintores, prostitución, absenta...Pero
antes, sorprendentemente, no era así, considerado como periferia era un lugar
donde oraban monjas piadosas y los hombres se dedicaban al cultivo de la vid. Si no se hubiese producido lo que sucedió tal vez hoy no sería uno de los
lugares más turísticos de París.
Sacre Coeur y su famoso tiovivo |
En el siglo XIX la situación cambió y se creó el famoso
Montmartre que hoy es conocido. Cuando el pianista y compositor Frédéric Chopin
pisó París en 1831 llegó a la conclusión que París era una ciudad despreocupada y dijo: << aquí encuentras un gran
lujo y, al mismo tiempo, la mayor inmundicia, ruido, grito, peleas y
suciedad…más de lo que puedes imaginar. En París desapareces de la vista y eso
es conveniente, porque nadie está interesado en la vida que llevas. Te puedes
divertir, te puede reír, puedes disfrutar de todas las cosas y nadie te mira
mal, porque aquí todos hacen lo que les place. >> Cuarenta años después a
estas palabras, Montmartre se había convertido en el centro de la vida disoluta
de París, abundaban los mendigos, las prostitutas y los traficantes de drogas. Además, se convirtió en el barrio de
los artistas, fue aquí donde se reunieron los impresionistas, Monet, Renoir,
Berthe Morisot, escritores como Zola; distintos tipos de personas que
representaban un nuevo modo de vida que no era bien visto en el aristocrático
París de la orilla del Sena.
El cabaret es uno de los fenómenos más famosos de
Montmartre y su gran éxito está relacionado con dos figuras clave: Aristide
Bruant y Toulouse-Lautrec. El poeta Aristide Bruant nació en 1851 y tras haber
dejado el colegio a los 17 años por problemas económicos empezó a trabajar como
orfebre y en el ferrocarril, donde conoció muy de cerca la mala vida. Estas
experiencias le proporcionaron material para las canciones que escribía y
cantaba y que le convirtieron en uno de los primeros chansonniers franceses.
Place Blanche y el Moulin Rouge , Antoine Blanchard |
Amante de la música y del ambiente de Montmartre fundó su
propio cabaret y aquí, en 1866, aparece en escena Henri de Toulouse-Lautrec, un
joven pintor procedente de la aristocracia que a sus veintidós años quedó
fascinado de Montmartre. Estos dos personajes entablaron una profunda relación,
Lautrec ilustraba las canciones que el poeta publicaba, pero fundamentalmente se
convirtió en el principal cronista de la vida nocturna de París, reflejando la
imagen que hoy ha llegado a nosotros.
Primer cartel de Lautrec, 1891 |
Pintaba en burdeles, bares, en salones de baile y en
cabarés. El público llegó a conocer a Toulouse-Lautrec a través de sus
carteles, el primero de los cuales vendió al Moulin Rouge. Es Toulouse Lautrec
autor de uno de los carteles más famosos del mundo: Les Ambrassadeurs, realizado en ocasión de un espectáculo que iba a
celebrar Bruant en un café del centro de la ciudad. El director escénico quedó
anonadado al ver el cartel y lo tachó de barato y de << desagradable
mancha >>; no obstante, Bruant se
negó en redondo a actuar en el café si no se exponía el cartel…un cartel que
hoy es conocido por todos y que hoy me vale como excusa para haber hablado del
lujurioso y atractivo Montmartre.
Ambassadeurs, 1892 |
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