martes, 17 de diciembre de 2013

París, ciudad de excesos


Montmartre, barrio bohemio donde los haya, está ubicado en una colina de la ciudad de París que permite que sea visto desde cualquier punto de la ciudad, coronado con su maravilloso Sacre Coeur. Este lugar, presente en películas míticas y prácticamente de culto como Amélie o Moulin Rouge, nos traslada al mundo del cabaret, a las tertulias de escritores y pintores, prostitución, absenta...Pero antes, sorprendentemente, no era así, considerado como periferia era un lugar donde oraban monjas piadosas y los hombres se dedicaban al cultivo de la vid. Si no se hubiese producido lo que sucedió tal vez hoy no sería uno de los lugares más turísticos de París.
Sacre Coeur y su famoso tiovivo

En el siglo XIX la situación cambió y se creó el famoso Montmartre que hoy es conocido. Cuando el pianista y compositor Frédéric Chopin pisó París en 1831 llegó a la conclusión que París era una ciudad despreocupada y dijo: << aquí encuentras un gran lujo y, al mismo tiempo, la mayor inmundicia, ruido, grito, peleas y suciedad…más de lo que puedes imaginar. En París desapareces de la vista y eso es conveniente, porque nadie está interesado en la vida que llevas. Te puedes divertir, te puede reír, puedes disfrutar de todas las cosas y nadie te mira mal, porque aquí todos hacen lo que les place. >> Cuarenta años después a estas palabras, Montmartre se había convertido en el centro de la vida disoluta de París, abundaban los mendigos, las prostitutas y los traficantes de  drogas. Además, se convirtió en el barrio de los artistas, fue aquí donde se reunieron los impresionistas, Monet, Renoir, Berthe Morisot, escritores como Zola; distintos tipos de personas que representaban un nuevo modo de vida que no era bien visto en el aristocrático París de la orilla del Sena.

El cabaret es uno de los fenómenos más famosos de Montmartre y su gran éxito está relacionado con dos figuras clave: Aristide Bruant y Toulouse-Lautrec. El poeta Aristide Bruant nació en 1851 y tras haber dejado el colegio a los 17 años por problemas económicos empezó a trabajar como orfebre y en el ferrocarril, donde conoció muy de cerca la mala vida. Estas experiencias le proporcionaron material para las canciones que escribía y cantaba y que le convirtieron en uno de los primeros chansonniers franceses.

Place Blanche y el Moulin Rouge , Antoine Blanchard
Amante de la música y del ambiente de Montmartre fundó su propio cabaret y aquí, en 1866, aparece en escena Henri de Toulouse-Lautrec, un joven pintor procedente de la aristocracia que a sus veintidós años quedó fascinado de Montmartre. Estos dos personajes entablaron una profunda relación, Lautrec ilustraba las canciones que el poeta publicaba, pero fundamentalmente se convirtió en el principal cronista de la vida nocturna de París, reflejando la imagen que hoy ha llegado a nosotros.

Primer cartel de Lautrec, 1891
Pintaba en burdeles, bares, en salones de baile y en cabarés. El público llegó a conocer a Toulouse-Lautrec a través de sus carteles, el primero de los cuales vendió al Moulin Rouge. Es Toulouse Lautrec autor de uno de los carteles más famosos del mundo: Les Ambrassadeurs, realizado en ocasión de un espectáculo que iba a celebrar Bruant en un café del centro de la ciudad. El director escénico quedó anonadado al ver el cartel y lo tachó de barato y de << desagradable mancha >>;  no obstante, Bruant se negó en redondo a actuar en el café si no se exponía el cartel…un cartel que hoy es conocido por todos y que hoy me vale como excusa para haber hablado del lujurioso y atractivo Montmartre.
Ambassadeurs, 1892

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