Paseo
por los Jardines y Estatuas del Buen Retiro
LAS ESTATUAS
· Paseo de SERGIO COCA CRESPO
Su segundo nombre se debe al carácter benéfico
que en plena Restauración se concedía al ascenso al trono de Alfonso XII
(1857-85); así como el monumento, sin duda uno de los más célebres del Retiro,
que reflejaba el esplendor de la nación española, que se abría a la modernidad y
prosperidad del resto de Europa, donde la mayoría de las capitales y grandes
urbes contaban con monumentos de estas características.
Precisamente, en la ciudad alemana de Coblenza,
en el punto en que el Rin y el Mosa se unen en un mismo curso, se había erigido
a finales del siglo XIX un monumento que honrase la unificación del Imperio
Alemán en la persona del Káiser Guillermo I y gracias a la labor del Canciller
Bismark (equivalentes en España a Alfonso XII y Cánovas del Castillo),
y donde se aprecia la misma tipología monumental del Retiro: reflejándose en el agua y amparado por un telón de
árboles, al monumento se accede por un escalera que conduce hasta el gran
pedestal sobre el que se yergue la estatua ecuestre del monarca; todo
encuadrado por uno o varios tramos de columnata que describen un arco que crea
una escenografía monumental y "grandiosa", como señalaron Enrique Mª
Rapullés y Mariano Jalvo.
Pero aquí se trata de hablar de las esculturas
que ornan el monumento madrileño, especialmente las situadas en el alto
pedestal antes citado, y que, emplazado sobre una cripta, adopta una planta
cruciforme, en cuyos brazos norte y sur, a la altura del primer cuerpo, se
hallan las alegorías escultóricas de la Libertad y del Progreso. Sobre ellas un
segundo cuerpo también cruciforme tiene los ángulos decorados por escudos en
bronce de las Órdenes militares y condecoraciones con más solera de nuestro
país, mientras que en el frente del monumento, mirando al Oeste, aparece la
personificación de la Paz que trae el reinado de Alfonso XII. Si continuamos
ascendiendo se pasa por una serie de relieves que muestran las cuatro virtudes
cardinales que adornan al buen gobierno del rey; representado a caballo sobre
un pedestal de bronce, con la espada desenvainada pero en actitud serena, lo
que hace pensar en la estatua ecuestre de Marco Aurelio en el Capitolio de
Roma.
El monumento a Alfonso XII en el Retiro no puede
disociarse del que fue erigido unos años más tarde para honrar a uno de los
artífices de su ascenso al trono y uno de los partidarios más acérrimos de la
Restauración: el General Arsenio Martínez Campos (1831-1900), promotor del
pronunciamiento de Sagunto de 1874 y pacificador de Cuba en 1878, quien sirvió
a su país y a la monarquía con valor y entereza, tal y como reza la inscripción
del pedestal en piedra sin tallar: "Modelo de patriotas y soldados".
De esta manera, como personaje estrechamente vinculado a Alfonso XII y a la
Restauración, su monumento se halla en el mismo eje que el de su rey, dando la
espalda al Estanque del parque.
La escultura ecuestre del general, realizada en
bronce, muestra a un hombre en atuendo militar, ya entrado en años pero aún con
un porte digno y respetable, a cuyos pies se amontona un amasijo de elementos
trabajados en bronce que no son sino una alusión a sus victorias, y a los
botines se cosechan en éstas.
Desde principios del siglo XX se acometió la
tarea de decorar los rincones, jardines y paseos del Retiro con estatuas,
grandes o pequeñas, que dotaran de mayor enjundia al Parque madrileño. De entre
estas esculturas destacan las que podríamos llamar de los "próceres",
es decir, personajes de la historia de España que se distinguieron por sus
gestas y contribuciones a su país. Tal es el caso del monje benedictino Pedro
Ponce de León (1520-84), creador del primer método de comunicación para los
sordomudos, para quienes trató de conquistar la igualdad de oportunidades
respecto al resto de la población.
Es por ello que en este grupo escultórico, de
modestas proporciones y trabajado exclusivamente en piedra, se muestra a Ponce
de León sentado, instruyendo a un niño al que atrae hacia él con un ademán
paternal; una escena recatada y desprovista de majestuosidad, pero desde luego
llena de trascendencia histórica. El tallado de la piedra muestra sólo los
detalles necesarios para comprender la escena y sus personajes.
· Paseo de PAULA Mª ETCHECHOURY PÉREZ
UN PASEO
DE LA FAMA MADE IN SPAIN Y UN VISITANTE INESPERADO
El Parque del Buen Retiro de Madrid se
ha ido convirtiendo con los años de forma improvisada en un Paseo de la Fama a
la española. A partir del siglo XIX, se han ido colocando en sus calles y
paseos estatuas y bustos de lo más diversos, en homenaje sobre todo a
personajes considerados de importancia para la historia de Madrid, aunque
también encontramos monumentos a figuras de importancia a nivel nacional.
Dichas obras son numerosísimas, y aquí solamente me ocuparé de dos de ellas: el
monumento a Fray Pedro Ponce de León y el del doctor Pulido; a continuación y
para finalizar, nos ocuparemos de la famosa fuente del Ángel Caído.
Fray Pedro Ponce de León (antes de 1508-1584) es
uno de estos personajes recordados a ámbito nacional (bueno, mejor dicho de
interés nacional, porque si somos francos de recordado poco, aunque al menos lo
suficiente como para tener un monumento). Se trata de un religioso que encontró
tiempo en sus ratos libres para dedicarse a la pedagogía y la logopedia y hacer
los primeros pinitos que se recuerden (y digo que se recuerden, porque se le
anticipó Fray Domingo de Zaldo, pero de él sí que no se acordó nadie), en la
educación de niños sordos. La estatua fue colocada por la asociación de
sordomudos en el año 1920; la obra corrió a cargo del escultor Manuel Iglesias
Recio, y representa a Fray Luis sentado enseñando a uno de sus niños sordos
ataviados a la moda renacentista.
DOCTOR PULIDO
A nuestro siguiente invitado, Ángel Pulido
Fernández (1852-1932), lo vemos aquí representado en un busto que no es el
original que Miguel Blay realizó en 1909, sino en una copia que su familia (en
poder de la cual permanece el busto original) cedió amablemente, y al que vemos
muy bien acompañado por una mujer y un niño que le homenajean, realizada en
1954 por Antonio Cruz Collado. Este señor fue un madrileño curioso, pues siendo
médico, senador y un ferviente católico en una España no precisamente muy
tolerante en estos momentos, al entrar en contacto con comunidades sefarditas
dispersas por los países del Danubio (descendientes de esas que en su día
echamos) , con razón de un viaje realizado a Viena, quedó tan fascinado (¿o
quizá remordimiento?), que le dio en adelante por intentar atraer de nuevo a
dichas comunidades a la cultura española, a través de fomentar entre
ellas el castellano, actividad que podríamos equiparar de forma muy elemental
con la que hoy realiza el Instituto Cervantes; y esta es la razón por la que
los madrileños juzgaron que merecía su particular sitio en este Paseo de la
Fama madrileño, por su esfuerzo en intentar sumergir de nuevo a estas
comunidades judías, antaño españolas, en la cultura de nuestra patria.
Y tras este brevísimo vistazo a nuestro
particular Paseo de la Fama, llegamos a un visitante imprevisto que llegó caído
del Cielo para quedarse: el llamado Ángel Caído, una escultura que corona la
fuente a la que da nombre, para mí, la mejor escultura de todo el Parque del
Buen Retiro, si bien también la más inquietante.
Esta fantástica obra de decoración (aunque, ciertamente,
atípica para un parque público), es obra de Bellver, bajo la dirección técnica
de Urioste, y está inspirada en el canto I de la obra El Paraíso perdido, de Milton; representa a Lucifer expulsado del
Cielo, que nos brinda una magnífica expresión de terror, acompañado de un
tremendo dinamismo que nos hace creer que cae de verdad. La escultura,
ganadora de la primera medalla en la Exposición Internacional de 1878, llegó en
medio de polémicas, como no podía ser de otra manera, a su actual ubicación el
31 de octubre de 1879, gracias al empeño del duque de Fernán Núñez, a quien le
debía de gustar sobremanera la estatua, y este infeliz visitante llegó para
quedarse, dándole un toque misterioso genial a este lugar de descanso
madrileño.
· Paseo de IRENE ISABEL FERNÁNDEZ
Las tres esculturas colocadas en el Retiro del
siglo XIX que he elegido, son junto con otras muchas, monumentos que no dejan
de reflejar aspectos de la sociedad de este siglo.
El primer monumento en el que nos podemos recrear
en el parque del Buen Retiro, es el erigido al doctor infantil Mariano Benavente González, personaje
considerado como un pionero en la pediatría española actual. Esta estatua fue
obra de Ramón Subirat y Codorniu, en mármol de carrara y levantada por petición
del pueblo en 1886 en honor a él por sus trabajos en la dirección de la
Inclusa. Esta institución era de carácter benéfico y su labor era recoger a los
bebes de aquellos hogares que no podían mantenerlos. Su lema de trabajo siempre
fue “medicación sencilla y amor materno devuelven la salud al niño enfermo”.
Destaca además, las condiciones higiénicas que se
mantenían gracias a él, ya que usaba pomadas para el cuidado de los ojos de
bebe a base de Nitrato Argentico, mientras que en otros lugares de Europa no
era de uso obligatorio, hecho que le extraño cuando se manifestó esto en el
congreso Munich. A pesar de esta acción, la mortandad infantil en la
España del momento superaba el 60%.
La situación original del monumento en el Retiro,
era en el centro del Parterre, pero se desplazó para poner en su lugar el de su
hijo, el premio Nobel Jacinto Benavente.
A continuación, hablaremos de la estatua a Juan Van Halen, defensor acérrimo del
reinado de Fernando VII y también participo en el reinado de Isabel II.
Destaca, este militar gaditano de raíces belgas, por su participación en la
Guerra de la Independencia de 1808. Este busto, fue obra de Guillermo de Geof
en 1846, aunque llego al Parque del Buen Retiro bastante más tarde como
homenaje a él mismo, en el 1996.
En cuanto a su
participacion en la Guerra de la Independencia, se sabe que participo
activamente en el llamado Alzamiento de Lavapiés, junto con José
Hezeta en mayo de 1808. Por desgracia, fue capturado en Galicia, donde presto
servicio a José I Bonaparte. Entre sus hazañas, destaca que combatió en
Alemania y formó parte del Estado Mayor del mariscal Luis Gabriel Suchet.
Cuando volvió a España, para impedir que fuera
detenido, proporciono al estado unas ordenes falsificadas al ejercito Francés
para que el bando español pudiera tomar Mequinenza en Zaragoza, Monzón en
Huesca, y Lérida. Además, ascendió a capitán de caballería en el Regimiento de
Cazadores de Madrid.
Dentro de su azarosa vida, nos encontramos con
varios arrestos y liberaciones por parte de ambos bandos, escapando de prisión
en algunas ocasiones, e incluso exiliándose en Rusia junto al zar Alejandro I.
Se saben muchos datos sobre su carrera militar y en todas las batallas que
participo y todos los cargos que obtuvo, gracias a Pio Baroja que escribió una
biografía muy detallada de la vida de este militar.
Por
último, y no menos importante, vamos a hablar de una de las obras escultóricas
más famosas y monumentales del Parque del Buen Retiro. Nos estamos refiriendo a
la escultura que remata la fuente del Ángel Caído, dándola ese nombre
por la propia figura. Esta obra, cargada de expresividad, sobre todo en el
gesto del personaje, nos muestra al demonio en el momento que le expulsan del
Paraíso. Realizada en bronce, de la mano de Ricardo Bellver en 1879, recibió el
premio con Medalla de Oro en la Exposición Nacional.
La columna hexagonal sobre la que se asienta la
estatua es obra de Jareño, en cuya base se sitúan otras esculturas de carácter
demoniaco que expulsan agua de sus obras a un pilón de la misma forma.
Antes de que este monumento –considerados uno de
los más increíbles en todo el mundo dedicado a este personaje- estuviera en
este lugar, antes se encontraba la ermita de San Antonio de los Portugueses, de
la época de Felipe IV. Más tarde, en el lugar de la ermita, se situaría la
fábrica de porcelanas del Buen Retiro, mandada construir por Carlos III y
destruida por los franceses. En el lugar de la fábrica será Fernando VII quien
ponga “la fuente de la China” que hacía referencia a la fábrica anterior.
Fue el arquitecto municipal madrileño, José
Urioste y Velada quien ordeno en 1886 que se situara el Ángel Caído en este
emplazamiento.
LOS JARDINES
· Paseo de ALBA HERNÁNDEZ MARTÍN-ROMO
Es uno de los jardines que forman el Parque del
Buen Retiro de Madrid, el cual fue fundado el 11 de marzo del 2005 en
conmemoración a las víctimas del atentado terrorista ocurrido justo un año
antes, 11 de marzo del 2004, en los trenes de cercanías.
El Bosque del Recuerdo está formado por 192
cipreses y olivos, uno por cada fallecido en el atentado, y consta de 118
hectáreas.
El entorno se ajardina con parterres delimitados
por setos con alienaciones de arbolado de sombra y mobiliario urbano con el fin
de crear zonas estanciales.
Es un jardín de estilo francés, mandado construir
por Felipe V, situado encima del antiguo jardín ochavado, el cual fue mandado
construir por Felipe IV. El jardín está creado para poder verse a cierta altura
ya que simula un tapiz. Tiene una forma rectangular, con un pasillo central del
cual sobresale un ábside semicircular, hecho que puede recordar a una catedral
gótica.
Los árboles que componen este jardín, se podan
estableciendo formas geométricas, respetando una simetría, integrándose, de
este modo, perfectamente en la decoración.
Fernando VII, como consecuencia de la tala de
árboles por parte de las tropas francesas, tuvo que remodelar el jardín. Más
tarde, su hija la reina Isabel II, da una forma mas homogénea al jardín
quitando los desniveles, poniendo muros de contención; pone una fuente de
piedra caliza con una balasutrada que permite ver el jardín desde arriba.
En este jardín se encuantra el árbol más antiguo
de Madrid, un ciprés traído desde México hará unos cuatrocientos años.
LA ROSALEDA
Es uno de los jardines más característicos del
Retiro. Fue diseñado por el Jardinero Mayor Cecilio Rodríguez en torno al año
1915 alrededor del invernadero que fue cedido al Ayuntamiento a finales del
siglo XIX por el Marqués de Salamanca. La idea de este proyecto fue del alcalde
del momento Carlos Prast, tomando como modelo las rosaledas de muchos de los
más importantes parques de la Europa del momento.
La Rosaleda tiene una superficie de 0,8 hectáreas
aproximadamente y está situada al sur del parque. Tiene una forma elíptica y
consta de dos fuentes y una plataforma central situada donde estaba el antiguo
invernadero.
La Rosaleda ha sufrido a lo largo de su historia
varias remodelaciones, sobre todo para sustituir los rosales y setos antiguos
así como para rehabilitar las fuentes y las diferentes ornamentaciones que
conforman el jardín.
· Paseo de CARMELA SOLDEVILLA ELDUAYEN
Conocer los jardines del Buen Retiro de Madrid
significa adentrarse en una larga historia que se remonta al siglo XVII con el
reinado de Felipe IV quien lo crea como lugar de recreo para la casa de
Austria.
Estos jardines han sufrido importantes
transformaciones o se han erigido nuevos donde antes había otros elementos. En
los jardines diseñados y elaborados en el siglo XX he centrado mi ruta por el
Retiro de Madrid, aquellos que hoy podemos contemplar de la misma manera
que hicieron sus creadores: Los Jardines
de Cecilio Rodríguez, La Rosaleda (mérito de Cecilio) y los Jardines de Herrero Palacios.
Para acceder a los Jardines de Cecilio Rodríguez, deberemos acceder por la Puerta de
Herrero Palacios o La Puerta de Granada, las cuales se comunican con la Avenida
de Menéndez Pelayo. Estos jardines fueron restaurados por Cecilio Rodríguez
tras la Guerra Civil. Él era el jefe de Parques y Jardines del Ayuntamiento de
Madrid, por lo que no solo acarreó con la tarea de embellecer de nuevo el
Retiro sino todos los jardines de la capital.
Estos jardines son una prolongación de los de
Herrero Palacios, de los que hablaremos a continuación. Están diseñados con una
precisa regularidad: un paseo central recto con losetas ajedrezadas, flanqueado
por los parterres, tan tradicionales en el Retiro y que cobijan distintos
estanques.
Estos bellísimos jardines destacan por los
distintos tipos de árboles y flores que alberga: los pinos piñoneros; cipreses;
arbustos japoneses de forma esférica que combinan el color verde y el amarillo;
plantas acuáticas de distintos aspectos, como el lirio de agua, o un gran olmo,
tipo de árbol antes muy típico en el Retiro. No podemos olvidar las curiosas
columnas toscanas de granito, que llevan ahí desde los años 30 del siglo XX o
los distintos pabellones. Los jardines de Cecilio Rodríguez son tan
valorados y cuidados que hasta marzo de 2010 se cerraba su acceso los sábados y
domingos.
Los
Jardines de Herrero Palacios se corresponden con el antiguo recinto de la
Casa de las Fieras. Esta casa era el antiguo zoológico de Madrid y comenzó
siendo uno de los “Caprichos” de Fernando VII. En un principio sería un zoo
únicamente para el disfrute de la Casa Real, hasta que en 1868 se abre al
público.
En 1918 se le encomienda a Cecilio Rodríguez la
reestructuración de La Casa de las Fieras: amplia las jaulas, modifica la
entrada, la jardinería, etc. Pero con la Guerra Civil se queda prácticamente
vacío, muchos animales murieron por la falta de presupuesto para mantenerlo.
Tras la contienda se comenzó el arreglo de los
bancos, jaulas y suelos, hasta que en el año 1982 se trasladó el zoológico a la
Casa de Campo y pasó a llamarse Jardines de Herrero Palacios en honor al que
era jardinero Mayor en esos años. Actualmente es un jardín geométrico, formado
por un paseo central y dos laterales, dotado de cipreses recortados, laureles,
tejos, moreras, madroños. Todo se completa con algún adorno del antiguo
zoológico, algunas jaulas, estanques, esculturas de animales o la zona
octogonal de los monos.
Y por última hacer referencia a uno de los
recintos más destacables del Retiro de Madrid, La Rosaleda, realizada por Cecilio Rodríguez en 1915. Este bello
jardín de planta elíptica, limitado por setos recortados y rodeado por un
bosque de árboles, representa el objetivo del alcalde don Carlos Prat de crear
el tipo de jardín ya existente en París o Roma para exhibir rosas. Cecilio
Rodríguez compró 12000 rosas de 350 especies diferentes, pero con la Guerra
Civil todo quedo destruido hasta los cimientos.
En 1941 comenzó su remodelación: la antigua
estufa del Marqués de Salamanca, ubicada en el centro, fue sustituida por un
estanque; se dispusieron varias pérgolas y se arreglaron fuentes y
bancos; pero había muchas menos rosas y faltaba la disposición
botánica y el carácter expositivo para poder presentarse al concurso de rosas.
Por ello, en 1956 se creó en el Parque del Oeste una nueva Rosaleda para que se
pudiese celebrar el concurso y desde entonces se realiza todos los años en el
mismo lugar.
BIBLIOGRAFÍA
Para el paseo de Sergio Coca Crespo:
ARIZA, C., Los jardines del Buen Retiro parte II, Madrid, Lunwerg ed., Ayuntamiento de Madrid área de Medio Ambiente.
Para el paseo de Paula Mª Etchechoury:
GARCÍA, J.L., El Parque del Buen Retiro, España, 2011.
MÉLIDA, J., Biografía del Buen Retiro, Ed. Libros y Revistas, Madrid, 1946.
REYERO, C.,“El Ángel Caído”, Enciclopedia Online del Museo del Prado (www.museodelprado.es).
Para el paseo de Irene Isabel Fernández:
Toda la información recogida de estas tres esculturas del siglo XIX en el Parque del Buen Retiro, han sido recogidas de la página web oficial de la misma: http://www.paseapormadrid.com/ .
Para el paseo de Alba Hernández Martín-Romo:
La información sacada para realizar este trabajo se encuentra en las siguientes páginas web:
http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Rosaleda-de-los-Jardines-de-El-Buen-Retiro?vgnextfmt=default&vgnextoid=153f1c750de60310VgnVCM1000000b205a0aRCRD&vgnextchannel=1ccd566813946010VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD&idioma=es&idiomaPrevio=es
http://www.paseapormadrid.com/rutas_guiadas/retiro/punto24.asp
http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Bosque-del-Recuerdo?vgnextfmt=default&vgnextoid=4b6aae7cb2e4f010VgnVCM1000000b205a0aRCRD&vgnextchannel=1ccd566813946010VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD&idioma=es&idiomaPrevio=es&rmEspecial=a441a85b4a6d5110VgnVCM2000000c205a0aRCRD&rmCapitulo=a8b7f8667d6d5110VgnVCM1000000b205a0aRCRD
Para el paseo de Carmela Soldevilla Elduayen:
ARIZA, C., Los jardines del Buen Retiro parte II, Madrid, Lunwerg ed., Ayuntamiento de Madrid área de Medio Ambiente.
El Retiro y Yo http://elretiroyyo.com/cecilio/cecilio.html
Pasea por Madrid http://www.paseapormadrid.com/rutas_guiadas/retiro/Punto41.asp